Feliz año 2016. Es común que muchas personas (incluyéndome) cuando comienza el año, nos propongamos propósitos, metas o resoluciones para el año que comienza. Las listas pueden ser largas y muy interesantes:
- Comenzar la dieta (y mas que comenzarla, sería MANTENERLA).
- Inscribirme en el gimnasio (cualquiera puede inscribirse, el asunto es PERMANECER en el gimnasio).
- Practicar un deporte (el FIFA 2016 no cuenta como deporte).
- Comprar una casa/carro/iPhone (y cualquier otro bien material).
- Aprender a cocinar/lavar/planchar (o mejor escrito: Que mis hijos aprendan a cocinar/lavar/planchar).
- Graduarme (aunque sea con la mínima aprobatoria).
- Obtener un ascenso (¿y si conseguimos primero el empleo?).
- Viajar por todo el mundo predicando el evangelio (y si predicas primero en tu comunidad tampoco sería mala idea).
- Leer la Biblia Completa (para ello debes leer esto).
- Leer páginas que edifiquen mi vida (te felicito, ya estás leyendo una de ellas)
- Encontrar al amor de mi vida (y que el amor de tu vida también crea que tu eres el amor de su vida).
- Casarme (luego de encontrar al amor de tu vida).
- Tener hijos (luego de casarte con el amor de tu vida).
- No invertir el orden de las tres resoluciones anteriores (sería muy triste)
Todos estos objetivos y propósitos son bastante buenos, razonables y lógicos. Sin embargo te puedo proponer uno más.
Confiar totalmente en Dios.
La biblia dice en Jeremías 17:7 “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová”. No sabemos que retos traerá este año 2016, pero de lo que si estoy seguro es que exigirá que confíes plenamente en Dios. Sería irresponsable de mi parte decirte que todas las cosas que te sucederán serán agradables, porque probablemente no sea así. Como cada año, vendrán situaciones difíciles, complicadas y estresantes que pondrán a prueba tu fe pero si tu confianza está puesta totalmente en Dios podrás ver que todas ellas cooperarán para tu crecimiento.Si tu confianza está en Dios, podrás ver hacia atrás al final de este año y darte cuenta de que no eres el mismo que está leyendo hoy este post. Que Dios te ha bendecido y enseñado a través de situaciones que al principio nunca pensaste que lo haría y que siempre la mejor decisión fue confiar en lo que Dios tenía para ti.
Para terminar, quiero invitarte a que reflexiones sobre estas décimas que escribí pensando en el único que es digno de que coloquemos toda nuestra confianza: Dios.
Título: El Señor es mi confianza
El Señor es mi confianza
Solo en él voy a esperar
Pues no me va a defraudar
Si en él pongo mi esperanza.
Mi Dios, fuente de bonanza,
Resuelve cualquier problema,
Toda falla en el sistema
Sólo Él la puede arreglar,
Por lo cual puedo gritar
¡Confiar en Dios es mi lema!
El Señor es mi confianza
Aun en el valle oscuro
Puedo caminar seguro
Pues su protección me alcanza.
Es mi escudo y es mi lanza,
Mi guía y mi proveedor,
Mi maestro y sanador,
Consejero y abogado,
Tiene todo controlado,
Confiar en Dios es lo mejor.
El Señor es mi confianza
¿a quién más podré acudir?
Sólo el puede construir
Un futuro de esperanza.
Él es digno de loanza,
Mi Señor, mi salvador,
Y de ti querido lector
No me puedo despedir
Sin antes aquí escribir
¡Confiemos en el Señor!
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