Hace un par de años, antes del cumpleaños número once de mi hermano, me insistía que le regalara un videojuego de fútbol, prácticamente todo el año me estuvo insistiendo. Así que le puse una condición. Si él, sacaba la nota más alta en la materia de matemáticas en su siguiente examen, se iba a merecer que le regalara su videojuego.

Él se esforzó demasiado, tanto que no solo subió de calificación en matemáticas, sino en todas las demás asignaturas, pero... no alcanzo la nota más alta.

Según la condición que le puse, no merecía ganarse el videojuego. Pero lo quiero tanto y vi su esfuerzo que toco mi corazón y no solo le regalé uno, sino dos videojuegos. Cuando llegué después del trabajo con sus regalos, vi su cara de emoción al ver que su sueño se hizo realidad.

Así es Dios con nosotros. ninguno de nosotros es capaz de poder cumplir con toda la ley, por eso Cristo vino a cumplirla por nosotros y a través de su obediencia poder recibir la salvación aunque NO LA MERECEMOS. Eso es lo que significa ser salvos por gracia, somos salvos por el favor inmerecido de Dios hacia cada uno de nosotros.


Un regalo no le cuesta nada al que lo recibe, al que le cuesta es a quién compra el regalo para darlo a alguien más. A mí no me importa lo que gaste cuando se trata de regalar algo por ejemplo a mi familia, por ellos estoy dispuesto a pagar lo que sea.

Pues LA SALVACIÓN es igual, es gratuita para todos nosotros pero es un regalo de altísimo precio, costó  muchísimo que no cualquiera podía pagar por ella. Sólo Jesús podía pagar ese precio; a Cristo le costo su propia vida, le costo derramar toda su sangre para que recibiéramos el Amor del Padre y la Vida Eterna.

¿Qué sentirías tú? Imagínate que te esfuerzas mucho para poder regalarle algo muy valioso a la persona que mas amas. Y después de dárselo, ver que lo rompe, lo pisotea y lo menosprecia. Eso rompería tu corazón... Pues déjame decirte que muchas veces hacemos lo mismo con el sacrificio que Cristo hizo por ti y por mi. Valoremos ese regalo costoso, valoremos la salvación.


Ahora, el aceptar el regalo de la salvación, es aceptar todos los beneficios que conlleva.

• Recibimos sanidad
• Recibimos restauración
• Recibimos vida eterna
• Resucitamos en Cristo
• Recibimos la herencia de Dios
• Somos hechos hijos de Dios
• Somos justificados
• Somos redimidos
• Somos santificados
• Somos regenerados
• Somos perdonados

Qué mejor regalo, que el que nuestro Padre Celestial tiene para cada uno de nosotros. No importa en que condición te encuentres, la salvación es para ti y tu vida puede ser transformada. Sólo Dios puede cambiar tu tristeza en gozo, la enfermedad en sanidad, la muerte en vida. Y lo mejor es que todo esto esta a tu alcance.


Quieres recibir este hermoso regalo, solo tienes que recibir a Cristo en tu corazón como el único y suficiente Salvador de tu vida.

Sólo el pecado puede evitar que recibas el mejor regalo de tu vida.

Si quieres recibirlo AHORA, haz esta sencilla oración con todo tu corazón.

Padre Celestial, hoy reconozco que he fallado. He pecado contra el cielo y contra ti y te pido perdón. Reconozco que necesito a Cristo como mi señor y salvador personal. Hoy te invito a que entres a mi corazón, toma el control de mi vida, acepto el mejor regalo que es la salvación de mi vida y mi alma. hoy recibo todo los beneficios que la salvación me da a través de la muerte y resurrección de Cristo Jesús. Amén.

A partir de hoy, espero que puedas experimentar el amor de Dios todos los días de tu vida. Comparte con otros lo que Cristo ha hecho en tu vida.
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Deseo de todo corazón que la paz de Dios este sobre todos ustedes, que aproveches el tiempo para reconciliarte con tus amigos y familia. Que haya unión, paz y amor en tu vida.

También deseo que todo el año 2018, tu vida sea bendecida en gran manera, que Dios conceda las peticiones de tu corazón, que podamos tomarnos de la mano del Señor para caminar a su lado. Sólo así tendremos un año de victorias. Que Dios prospere sus caminos y todo labor de sus manos. Que tengamos muchos éxitos y celebremos el éxito de nuestros hermanos.

En pocas palabras: que pasen una FELIZ NAVIDAD y un PRÓSPERO AÑO NUEVO.