Post Original del 04/06/14 |
“Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”(Hechos 2:21)
DIOS DESEA QUE SEAS SALVO
“Dios nuestro Salvador… quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:3b-4). Según este pasaje, hay dos cosas que anhela Dios. La primera que todos seamos salvos. Lo segundo que vayamos al conocimiento de la verdad.
Para que podamos ser salvos, primero debemos conocer la verdad. Por eso los discípulos predicaban la palabra de verdad, para que la gente escuchara de Jesús y pudieran invocarlo y así poder ser salvos. (Romanos 10:11-15).
Hay cuatro verdades que debemos creer. Hacerlas parte de nosotros, abrir nuestros corazones y aceptarlas. Cuando a mí me compartieron estas cuatro verdades transformaron mi vida por completo, algo dentro de mí me hacía sentir que era lo que yo necesitaba escuchar y entender. Me pude dar cuenta que yo era importante para alguien que desea darme vida en abundancia. Yo era importante para Dios.
Sé que al leer estas cuatro verdades, tu vida dará un giro de ciento ochenta grados, ya nada será igual porque Dios abrirá tus ojos; si tan solamente las crees de todo corazón y confiesas con tu boca que Jesús es el Señor.
1. DIOS TE AMA Y DESEA LO MEJOR PARA TI
“Por que de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).La primer verdad la podemos resumir en una sencilla frase: Dios te ama y desea lo mejor para ti.
Dios te ama.
Aunque parezca extraño, alguien tan grande y supremo como Dios nos puede amar. Dios te ama tanto, y quiere que tú sientas su amor cada día, en cada momento no importando las circunstancias.
Hay gente que no puede aceptar que alguien los ama, porque muchas veces otras personas los han lastimado, traicionado, rechazado y abandonado. Por eso la gente cierra su corazón y les es difícil creer en el amor. Tal vez tú seas de esas personas, pero hoy Dios quiere que sepas que te ama con amor eterno. Te ama y aunque no lo puedas entender, o creer, y aceptar, él te seguirá amando.
También hay personas que creen tenerlo todo y que nada les hace falta, tienen dinero, posición, educación, y el amor de una familia. Aún a esas personas Dios las ama, porque sabe que en la soledad, ellos sienten un vacío que no pueden llenar. Si tú eres una de esas personas, hoy Dios te dice que Él quiere llenar ese vacío que hay en tu corazón. Te ama aunque no aceptes que lo necesitas y reconozcas que no lo tienes todo, él te seguirá amando.
No importa la raza, la posición económica, el conocimiento, el grado de estudios, tus apellidos, tu estatura, si eres flaco o gordito, a Dios no le importa nada de eso, solo le importas tú. Él te ama porque tú eres su mejor creación.
Dios desea lo mejor para ti.
He escuchado sobre personas que hacen hasta lo imposible para recibir el afecto y la aceptación de los padres, amigos y de la sociedad. Con Dios no es así, Él nos acepta tal y como somos y siempre está deseando lo mejor. Primeramente el desea que le conozcamos por medio de su Hijo Jesús para que podamos ser salvos.
Si a Dios no le importáramos, no hubiera dejado su Palabra, para que no le conociéramos, más sin embargo, el desea que creamos su Palabra para recibir todos los beneficios que tiene guardados para todo aquél que crea.
Tú y yo podemos hacer planes para nuestro bienestar, para ser felices y obtener todo lo que deseamos (que muchas veces ni logramos alcanzar), pero Dios tiene planes mucho mejores. Él puede tomar mis sueños y mejorarlos. “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:9). Lo que Dios desea para nosotros es mucho mejor que lo que nosotros queremos para sí mismos.
Dios nunca te dará algo que te lastime, siempre está pensando en darte lo mejor. Desde el momento que te creo, lo hizo para que anduvieras en bendición y no en maldición. Créelo, Dios desea lo mejor para ti.
2. POR CAUSA DEL PECADO NO PODEMOS DISFRUTAR DEL AMOR DE DIOS
“…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
En otras palabras, la segunda verdad nos dice que: Por causa del pecado no podemos disfrutar del amor y las bendiciones de Dios.
Por cuanto todos hemos pecado.
La Biblia nos enseña que todos hemos pecado y el que diga que no, se engaña así mismo (1 Juan 1:8), pone a Dios por mentiroso (1 Juan 1:10) y la Palabra de Dios que es la verdad no está en nosotros. De una o de otra forma hemos fallado a Dios, ya sea por aquello que hicimos fuera de la voluntad de Dios o por dejar de hacer lo que es bueno. Con actos, con palabras o con el pensamiento. No hay escapatoria, todos hemos pecado.
La gente se ha puesto a categorizar el pecado en grande y pequeño, para así poder decir: “Lo que hago, no es tan malo”. Pero para Dios el pecado es pecado. Tanto robar un clip como robar un banco, el acto es llamado robo, y el robo es pecado.
Estamos separados de Dios.
Romanos 3:23 nos dice que el pecado nos destituye, esto quiere decir separar, hacer a un lado, expulsar, echar fuera, privar de algo o de alguien.
Estamos separados, alejados de la gloria de Dios, de su amor, de sus bendiciones y de todo lo bueno que tiene preparado para nosotros. Esta es una verdad terrible, pero al fin verdad.
El pecado es el problema más grande que aflige a la humanidad, ya que por causa del pecado no podemos recibir lo que Dios desea para nosotros. Por esta razón Dios hizo un plan perfecto para librarnos del pecado.
3. CRISTO SOLUCIONÓ EL PROBLEMA DEL PECADO
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Esta tercera verdad es trascendental: Dios solucionó el problema del pecado, enviando a Cristo al mundo.
Dios en su infinita misericordia, quiso quitar de en medio del mundo aquello que representaba un gran problema y nos alejaba de Él. El ideo el plan perfecto para que el horrendo pecado ya no fuera esa barrera espiritual que nos separa del amor y las bendiciones de Dios.
Más Dios nos mostró su amor.
¿Cómo Dios nos mostró su amor? Dando en sacrificio a Jesús; entregando la vida de Cristo como único y suficiente sacrificio para el perdón de nuestros pecados. Cristo tomó el lugar que nosotros como pecadores merecíamos. No importa cuán malos lleguemos a sentir que somos, por amor a nosotros Cristo vino y se entregó a sí mismo para librarnos del pecado y sus consecuencias.
Para recibir el perdón de Dios no requiere que seas el mejor hombre sobre la tierra, lo único que necesitas es reconocer que has pecado; automáticamente el amor de Dios te lleva a romper aquello que te tiene atado y a través de Cristo puedes ahora acercarte confiadamente ante la presencia de Dios.
4. CRISTO TOCA A LA PUERTA DE TU CORAZÓN
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Esta cuarta verdad lo cambia todo: Dios ya hizo su parte, ahora te toca hacer la tuya: Aceptar a Cristo en tu corazón.
Dios ya abrió el camino que nos lleva hacía Su presencia y bendición. Cristo es el camino que debemos seguir. Ahora nos toca a nosotros aceptar ese nuevo camino o seguir por el camino por el cual hemos andado y que la humanidad ha preferido.
Una Invitación a la Bendición.
Jesús hoy está tocando a la puerta de tu corazón. Si tu hoy aceptas que Él entre y tome el control de tu vida, Él te hace una promesa. Entrar y convivir con Él. Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Único y Suficiente Salvador, las cosas cambian. Tu vida, tu familia, tus amistades, tu forma de ver las cosas, todo cambia.
El cenar con Él y Él con nosotros es una invitación de gran bendición. Seguir el camino que es Jesús nos llevará a un mundo de bendición, lleno de amor y de todo aquello que no podemos imaginar. Conoceremos a Dios Padre más de cerca, entenderemos la Palabra, y veremos las bendiciones como un río fluyendo en nuestras vidas.
En el momento que decidí aceptar a Cristo en mi vida, todo comenzó a ser transformado, empezando por mí. Te motivo a que hoy decidas recibir a Cristo como tu Salvador personal. Haz esta oración con todo tu corazón y convencido de lo que estás diciendo.
“Señor Jesús, hoy reconozco que he pecado y que te necesito. Me arrepiento de todo lo malo que he hecho, dicho o pensado. Hoy te recibo como mi único y suficiente Señor y Salvador de mi vida. Jesús entra en mi corazón y toma el control total de mi ser. Escribe mi nombre en el libro de la vida, y déjame entrar en la vida de bendición que el Padre tiene para mí, gracias Jesús por tu sacrificio, por haber dado tu vida por mí”.
DISFRUTA LA BENDICIÓN
Ahora que ya has aceptado a Cristo en tu corazón, no te sorprendas de ver la gloria de Dios en tu vida. Lo que antes te separaba del amor y todo lo bueno que Dios tiene para ti, ya no estorba más. La sangre de Cristo te lava y te hace una nueva criatura. Disfruta cada una de la bendiciones que están en la Palabra de Dios, tómalas, créelas y las veras realizadas.
Principios Clave para Recordar
- Dios desea que seamos salvos y conozcamos la verdad (1 Timoteo 2:3-4).
- Debemos conocer la verdad para poder ser salvos (Romanos 10:11-15).
- Hay cuatro verdades que debemos recibir en nuestro corazón.
- Dios te ama y desea lo mejor para ti (Juan 3:16).
- Por causa del pecado no podemos disfrutar del amor de Dios (Romanos 3:23).
- Cristo solucionó el problema del pecado (Romanos 5:8).
- Haz tu parte, Recibe a Cristo (Apocalipsis 3:20).
- Si ya has recibido a Cristo en tu corazón, ahora puedes disfrutar de sus bendiciones.
Aplicando estos Principios
- Determínate a recibir a Cristo en tu corazón, confiesa que el es tu Señor y el Salvador de tu vida.
- Después de Recibir a Cristo, ahora Disfruta de cada una de las bendiciones que el Padre tiene para ti.
- Lee la Palabra y ora a Dios para fortalecerte y crecer espiritualmente. Asiste a una célula y congrégate para que pueda recibir la orientación que necesitas y puedas conocer lo que Dios tiene para ti.
1 comentarios
gracias x tus consejos
ResponderBorrarNo te vayas sin dejarme tus comentarios. Quiero saber más de ti.