
El cierre de un año no es solo un cambio de calendario; es una oportunidad espiritual. Dios trabaja por temporadas, y cada temporada tiene un propósito, un aprendizaje y un fruto que producir. Ignorar esto puede llevarnos a arrastrar cargas que no pertenecen al siguiente capítulo de nuestra vida.
La Escritura nos recuerda que “todo tiene su tiempo” (Eclesiastés 3:1). Hay momentos para comenzar, pero también momentos para terminar correctamente. Cerrar ciclos no es fracaso; muchas veces es obediencia.
Este es un tiempo para pausar, reflexionar y permitir que Dios haga una obra interna, preparando nuestro corazón para lo nuevo que Él quiere traer.
1. Reconoce lo que Dios hizo, incluso en lo difícil
Antes de cerrar un ciclo, es importante reconocer. No solo los logros visibles, sino también las lecciones ocultas en los procesos difíciles.
Hay temporadas que no entendemos mientras las vivimos, pero que cobran sentido cuando miramos atrás.
La Palabra dice:
“Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”(Romanos 8:28)
No todo fue bueno, pero Dios estuvo presente en todo. Reconocer Su fidelidad sana el corazón y evita que entremos a la nueva temporada con amargura o frustración.
2. Suelta lo que ya no corresponde a la nueva temporada
No todo puede ir contigo al siguiente nivel. Hay cargas, pensamientos, relaciones, hábitos y heridas que pertenecen a una etapa que ya terminó.
La Biblia nos exhorta:
“Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia”(Hebreos 12:1)
Dios no solo quiere llevarte adelante, quiere que llegues ligero. Muchas veces no avanzamos no porque Dios no abra puertas, sino porque seguimos aferrados a cosas que Él ya cerró.
Cerrar ciclos implica
soltar:
- Culpa que Dios ya perdonó
- Miedos que ya no tienen autoridad
- Expectativas que no vinieron de Dios
3. Perdona para no arrastrar el pasado
No hay cierre verdadero
sin perdón. El perdón no justifica lo que pasó, pero libera tu corazón
del control del pasado.
Jesús fue claro cuando
dijo:
“Si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará”(Mateo 6:14)
Entrar a una nueva
temporada sin perdonar es como comenzar un nuevo año con cadenas invisibles. El
perdón no es una emoción, es una decisión espiritual que abre espacio
para la sanidad y la restauración.
A veces el perdón más difícil es hacia uno mismo, pero también es necesario para avanzar.
4. Ajusta tu visión antes de avanzar
Dios no solo cambia
nuestras circunstancias; muchas veces cambia nuestra forma de ver. Antes
de iniciar algo nuevo, es importante preguntarnos si nuestra visión está
alineada con la de Dios.
La Escritura dice:
“He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz”(Isaías 43:19)
Pero el mismo pasaje
comienza diciendo: “No os acordéis de las cosas pasadas”. Para ver lo
nuevo, necesitamos dejar de mirar atrás con nostalgia o dolor.
Este es un tiempo para redefinir prioridades, reenfocar el corazón y permitir que Dios ajuste nuestras expectativas a Su propósito.
5. Prepárate espiritualmente para la nueva temporada
Cada nueva temporada
requiere un nuevo nivel de madurez espiritual. Dios no nos lleva adelante para
repetir lo mismo, sino para crecer.
“Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta”(Filipenses 3:13–14)
Prepararse no es solo
planear metas, es alinear el corazón. Orar con intención, escuchar la
voz de Dios, cultivar una relación más profunda con Él y permitir que Su
Palabra sea la base de lo que viene.
No sabes todo lo que traerá la próxima temporada, pero sí puedes decidir cómo entrarás en ella: con fe, con un corazón sano y con confianza en Dios.
Cierra bien, para comenzar mejor
Cerrar ciclos es un
acto de fe. Es decirle a Dios: confío en que lo que viene es mejor, aunque
aún no lo vea. Cuando cerramos bien una temporada, honramos lo que Dios
hizo y nos posicionamos correctamente para lo que Él hará.
Que este cierre de año
no sea solo el final de un calendario, sino el inicio de una nueva etapa de
crecimiento, restauración y propósito en tu vida.



0 comentarios
Si Dios habló a tu vida a través de este recurso, me gustaría saberlo. Cuéntame lo que Dios está haciendo en tu vida. Te leo en los comentarios. BENDICIONES!!!