“Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto”
Efesios 6:1 (Nueva Traducción Viviente)
Hoy es un día muy especial: está cumpliendo años mi querida madre. Las mamás son una bendición de Dios. Todos los que hemos tenido el privilegio de contar con una madre durante nuestro crecimiento podemos decir lo mismo.
Pongámonos a pensar en todas las cosas que las madres han hecho (y todavía hacen) por nosotros: nos hacen la comida, nos lavan la ropa, nos planchan la ropa, nos ayudan en nuestras tareas, nos dan dinero, nos compran cosas, se acuerdan de nuestros cumpleaños ¡e incluso nos cantan en nuestro cumpleaños!, nos dan los consejos que necesitamos, oran por nosotros, hablan por nosotros, se sacrifican por nosotros, trabajan por nosotros, y ¡hasta estudian por nosotros! y de esta forma pudiera seguir escribiendo de las miles de cosas que nuestras madres han realizado y siguen realizando por nosotros y de forma gratuita. Sin embargo, a pesar de todas estas valiosas actividades que han realizado nuestras madres por nosotros que no son mas que una sencilla muestra del “amor de madre”, hubo algunos momentos de nuestra vida en los cuales no nos agradaba del todo el proceder de nuestras progenitoras.
Si. Efectivamente, estoy hablando de cuando somos más jóvenes (no queriendo decir con ello de que ahora estamos viejos ¡ja!), cuando las ganas de vivir, experimentar y muchas veces de hacer un montón de cosas locas nos superaban y gracias a Dios que nos colocó una madre que nos supo decir un ¡NO! rotundo y sin muchas justificaciones. Era en esos momentos en los cuales pensábamos “¿por qué mi mamá no es “cool” como las otras mamás?” o ¿por qué mi mamá es tan cristiana?”. Sin duda alguna que la adolescencia es un período duro, y siendo creyente en Dios puede tornarse mucho peor sino estamos bien encarrilados en el camino del Señor.
Son pocas las personas que les gusta obedecer, pero son esas las personas que se llevan las bendiciones de Dios, y como dice el versículo que da inicio a este post: “obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor”, es decir, que nuestra obediencia a nuestros padres es una muestra de que verdaderamente le hemos entregado nuestra vida a Dios. A lo mejor para los mas maduritos de edad este versículo es uno mas con los cuales instruir a sus hijos, pero para aquellos que todavía no se independizan representa un grandísimo reto. Se los repito: nuestra obediencia a nuestros padres es una muestra de que verdaderamente le pertenecemos a Dios. ¿Qué tanto obedeces a tus padres, o qué tanto te has entregado a Dios?
Si me hubiesen dado un dólar por cada vez que mi mamá me dijo “de la abundancia del corazón habla la boca” créanme que sería millonario.Y así han sido tantas las cosas que mis padres han hecho por mi que no alcanzarían las lineas para realizar este post. Este es un buen día para agradecer por nuestras madres, nuestros padres y esas personas que Dios colocó en nuestro camino para ser mejores personas. Algunos tuvieron la dicha de tener dos madres, o dos padres; otros no contaron con ninguno de ellos, pero seguramente nuestro amado Dios colocó a alguien más para enseñarnos y alentarnos a vivir de la mejor manera posible. Gracias a Dios por ellos y recuerden que obedecerles es lo que Dios quiere. ¡Feliz cumpleaños mami!
PD: Mañana sábado 11 de julio a las 08:00 am hora venezolana, tengo una prueba de Historia Universal por cual hice un parentesis en mi estudio de los egipcios, griegos y romanos para escribir este post.. Espero que oren al Dios Todopoderoso para que me ayude y me de la sabiduría necesaria para pasar con la mejor nota esta prueba. Después les cuento como me fue. Que Dios me los aplaste de bendiciones.
- Roger Rosales
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