Todos fuimos nuevos en Cristo, en algún momento de nuestras vidas. Aunque seas cristiano de cuna, hubo un momento en el que tuviste que tomar la decisión por ti mismo de seguir a Cristo y dejar todo atrás.

Durante tu vida cristiana pasarás por procesos y no podremos brincarnos ningún peldaño para poder avanzar, no existen atajos ni caminos fáciles. Así que el día de hoy te compartiré el ABC del cristiano para que identifiques qué es lo que ya has pasado y que te faltará por vivir en Cristo.

Todo comienza cuando nos damos cuenta que hay algo que no está bien y sentimos un vacío en nuestras vidas. Sí o sí, para poder llegar a ser hijo de Dios, debemos aceptar que Cristo es nuestro único y suficiente Salvador.

La Biblia dice que: "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron." (Juan 1:11).

Dios tomó forma de hombre para venir a salvar a la humanidad, pero ni su propio pueblo pudo entender que lo necesitaba y decidieron no aceptarlo, NO LO RECIBIERON en sus vidas.

Pero hubo personas de otros pueblos que se dieron cuenta quién era Jesús y que lo necesitaban; a ellos se les dio el privilegio de ser llamados Hijos de Dios.

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12).

Si aún no has aceptado a Cristo en tu vida como Señor y Salvador, puedes hacer un alto en este momento y te invito a que leas estas Cuatro Verdades Transformadoras y que hagas la oración de fe que viene al final.

Cuando Jesús se encontraba con la gente que creía en él y que buscaban la salvación, los recibía con mucho amor pero también les decía que dejaran de pecar contra Dios.

Antes de Cristo, Juan el bautista preparó los corazones de mucha gente para que pudieran recibir a Jesús. La forma en la que lo hacía era predicando acerca del arrepentimiento.

No podemos llegar a ser hijos de Dios su seguimos viviendo en nuestros pecados y deleites carnales. Necesitamos darnos cuenta que esto estorbará el poder llegar a los pies de Cristo.

El arrepentimiento genuino no es otra cosa si no darse cuenta que estamos mal y que necesitamos cambiar la dirección de nuestra vida. Como siempre lo he dicho, es darle una vuelta de 180 grados a nuestras vidas para darle la espalda al pecado y caminar en dirección hacia Cristo.

"No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento." (Lucas 5:32).

Si quieres saber más sobre el arrepentimiento te invito a que leas el post Vuélvete a Dios: Un llamado al arrepentimiento y El pecado, una barrera.

"Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas." (Salmos 9:1).

"Mas a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio." (2 Reyes 17:36).

En nuestro diario vivir, aprenderemos que es muy importante alabar y adorar a Dios en cada momento de nuestro día, tanto con nuestra actitud, con nuestras palabras y hasta con nuestra manera de conducirnos en nuestra forma de vivir.

Alabar es exaltar el nombre de Dios, resaltar sus cualidades y reconocer lo que Dios es para nosotros. Mientras que Adorar es amar profundamente a Dios demostrándolo con hechos y no sólo con palabras.

Muchos piensan que cuando una persona se bautiza esta aceptando o cambiando de religión. Pero no es así. El bautismo es el reconocimiento público de una persona que reconoce haber estado viviendo de una forma que no agrada a Dios y que está aceptando en seguir a Cristo y vivir para Dios.

Juan el bautista bautizaba en el río el Jordán a todo aquél que arrepentido decidía dar un cambio a sus vidas, pero el decía: "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego." (Mateo 3:11).

En tu vida con Dios podrás experimentar el bautismo en agua por obediencia, así como Cristo mismo le dijo a Juan el Bautista que lo bautizara para cumplir con lo que Dios mandó (Mateo 3:13, Marcos 1:9), así, convencidos por el Espíritu Santo, damos el paso de obediencia en el momento correcto.

Además, podemos experimentar el bautismo en el Espíritu Santo del que habla Juan el Bautista (Juan 15:26, Juan 16:13).

En la carta a los Efesios 2:10 leemos: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas".

Fuimos creados para andar en buenas obras, para hacer cosas que le agradan a Dios. Aunque debe quedar claro que las buenas obras son el fruto de una vida arrepentida y no para ganar la salvación.

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).

Podemos entender las "buenas obras" como todas aquellas acciones que traen gloria y honra a Dios. Entonces cada vez que quieras hacer algo pregúntate: ¿Esto le da la gloria a Dios?

Puedes leer Romanos 12 y Hebreos 13 para conocer los deberes de un cristiano.

En tu caminar con Dios, te darás cuenta que es la comunión con Él es vital. Una vez que conoces a Dios a través de Cristo nuestra vida no vuelve a ser la misma porque tus ojos espirituales se abren para ver más allá.

A través de la comunión con Dios podemos seguir aprendiendo lo que Él quiere para nosotros.

¿Cómo podemos tener comunión con Dios? Muy sencillo. Es a través de la lectura de la Palabra y de la oración. A estos podemos agregarle el ayuno.

Si quieres aprender más sobre cómo orar a Dios y cómo leer la Palabra para escuchar la voz de Dios te invito a que leas los siguientes posts:

Espero que te sean buenos recursos para iniciar tu comunión con Dios.

Además de tener comunión con Dios, debemos tener comunión con otros creyentes. Convivir con personas que sean de bendición para tu vida. Que te edifiquen y te lleven a seguir buscando de Dios.

Donde hay comunión entre hermanos, ahí Dios envía su bendición y vida eterna como lo dice el Salmo 133.

"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones." (Hechos 2:42).

Siempre es importante contar con un consejero o consejera espiritual que te ayude a sobrellevar ciertas etapas que te tocarán vivir en tu nueva vida en Cristo. Cuando sientas que Dios no te oye, cuando creas que estabas mejor antes o simplemente cuando tengas dudas, es bueno contar con alguien que te apoye.

Por último, quiero que sepas que no somos perfectos. Estamos en un proceso y siempre habrá momentos donde nos podemos equivocar.

Algunas vez escuché en una predicación que decían: "Dios no se asusta de tus pecados, él ya los conoce, pero quiere ver que tú reconozcas que te equivocaste".

Este principio es muy importante para ti que eres nuevo y para aquellos que tienen tiempo en el camino y lo han olvidado.

"El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia" (Proverbios 28:13).

Te invito a leer el post: El pecado, una barrera.

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Si conoces a alguien que es nuevo en el camino de Dios, comparte con el o ella este post.

Espero que les sea de mucha bendición.