El día de ayer les conté lo que me sucedió hace unas semanas. Si no lo haz leído puedes hacerlo haciendo clic aquí. Les contaba que a través de esto que viví, Dios hablo a mi vida de muchas maneras y aprendí lo que a través de este post te compartiré.

Que privilegio es poder ser amigo de Dios. Sin embargo si analizamos el proverbio anterior... no cualquiera es amigo de Dios, solo aquellos que son íntegros. Así es... los que son perversos, quienes aún ocultan su pecado y han dejado a Dios en el último lugar o incluso se han olvidado totalmente de él, no son amigos de Dios.

La Biblia nos enseña que si somos amigos del mundo, nos constituimos enemigos de Dios (Santiago 4:4). Esa es la forma en la que podemos darnos cuenta si en realidad estamos con Dios o en contra de Dios.

Pregúntate a ti mismo, a ti misma... hay algo en mi corazón que ocupe el lugar de Dios. Eso es lo que Dios me reveló cuando sufrí el asalto hace unas semanas. Dios me quito lo que me estorbaba. Recuerdas que me robaron mi cartera y mi celular, pues Dios me mostró que yo tenía amor al dinero, pero además de eso... mi celular se había convertido en un dios, sin él no podía pasar mi día.

Te imaginas qué tremendo fue para mi darme cuenta de eso... Por eso dice la Palabra de Dios que al conocer la verdad, seremos libres (Juan 8:32). A pesar de ser un momento muy tenso, un momento difícil, yo sabía que era porque Dios me quería decir algo, esto también me recordó que la prueba revela lo que hay en nuestros corazones.

Y aquí viene lo que me impactó. Dios sabe como hablarnos, sabe como llamar nuestra atención. El domingo 14 de febrero, antes de ir a la Iglesia... estuve platicando con Dios, y me dijo que el me amaba, sentí su abrazo y me dijo que no me iba a dejar solo jamás. Me la pasé llorando en mi tiempo con Dios y experimentando un calor en mi cuerpo que me protegía, me abrazaba y me daba paz.

Cuando llegué a la Iglesia, el Pastor comenzó a ministrar y todo lo que Dios me había dicho en mi casa, el Pastor decía las mismas palabras... me agarré a llorar como un niño pequeño, porque sabía que era Dios hablándome y confirmándome que él estaba ahí a mi lado. Pero no sólo en ese momento sino en el mismo día del asalto... me mostró que el estuvo sentado a mi lado protegiéndome de las personas armadas para que no me hicieran daño.

Pero además de eso... el Pastor compartió en su mensaje el pasaje de Job 22:21-30, de donde extrajo 12 beneficios de ser amigos de Dios.

Para poder experimentar y disfrutar estos beneficios, debemos volvernos a Dios y hacernos sus íntimos amigos y arrepentirnos de nuestros pecados.

Dios desea que seamos sis amigos, él quiere contarnos sus planes y hacernos parte de ellos. Si recordamos a quiénes Dios les llamó amigos podemos mencionar a Enoc, a Abraham y a Moisés.

Debemos caminar con Dios todos los días de nuestras vidas, debemos creerle a Dios en cada promesa y palabra que nos de y debemos ser obedientes. Cuando somos amigos de Dios todo es mejor. Podemos vivir en paz y disfrutar de sus bendiciones.

Haz un análisis de tu corazón y pídele a Dios que te muestre lo que debes entregarle para poder ser un amigo íntimo al que Dios le revele sus secretos.

Seguiré compartiendo todo lo que Dios hable a mi vida, así que quédate conectado y sígueme por mis redes sociales.