"Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden"
2 Corintios 2:14 -15
Que hermosa sensación cuando entramos a una florería con las flores frescas recién cortadas, ese aroma exquisito que nos deleita,es un placer. A todas nos gusta poder disfrutar de buenos y fragantes olores,pero también nos gusta ser nosotras quienes portemos esas fragancias.
El apóstol Pablo nos dice que mediante Jesús podemos ser grato olor para el Padre.
Pero si nos analizamos realmente ¿cuál es nuestra fragancia, a qué olemos en realidad? ¿Te has puesto a pensar? ¿Sabes? Nosotras somos raspar y oler.
Cuando yo era pequeña había unos libros de cuento que traían dibujos de frutas y si los raspaba con mi mano podía oler ese perfume.
Así somos nosotras cuando nos raspan la verdadera fragancia que hay en nuestro interior se revela en nuestro exterior.
Nos raspan las ofensas,las tristezas,el dolor que nos causan otros,los desengaños,las traiciones, enfermedades y tantas cosas que a diario nos toca vivir.Nuestra verdadera fragancia interior sale y se expande cuando reaccionamos ante estas situaciones como realmente sentimos. Como somos y actuamos en nuestras "cocinas", allí donde nadie puede vernos,donde no disimulamos, donde nos mostramos tal cual somos ,es donde surge nuestra real fragancia.
Fuimos creadas como especial tesoro para Dios, pero muchas veces olvidamos esto,y nuestras palabras son como cuchillos filosos que raspan y cortan sin piedad,destrozamos con palabras hirientes y ofensivas.
Quizás tu digas: "a mí nunca me paso". Excelente. Déjame decirte que a mi si me ocurre,muchas veces tengo que volverme a Dios y pedir perdón. Estoy aprendiendo a vivir de tal forma que mi fragancia humana se mezcle con la fragancia divina de mi Señor Jesús y predomine la suya. No digo que es fácil,digo que es posible. Debemos examinarnos cada día a la luz de la palabra de Dios y reconocer que fallamos,que a veces dejamos salir ese olor no tan grato que aún nos queda.
Nadie es imprescindible,pero si somos necesarias en los planes de Dios,por esa razón nos creó. Debemos manifestar quienes somos solo con nuestro olor,que lindo cuando alguien te conoce y te dice: que lindo lo que tenes e irradias yo lo quiero también.
Es ahí donde te das cuenta que la fragancia de Cristo se a expandido a través de ti. Que ese grato olor del que nos habla Pablo a sido derramado a los que están en tinieblas.
Quiero decirte tres cosas que podemos hacer para que esto suceda dondequiera que vayamos, que no pasemos inadvertidas,sino que nuestro perfume sea notorio.
1-Descubramos nuestras fragancia. Examinemos nuestras vidas a la luz de Su Palabra. Mantengamos una relación íntima con el Padre para poder identificarnos
2-Mezclemos nuestra fragancia con la de Jesús. Su fragancia perfecta y divina nos ayudará a que la nuestra sea mejor. Aquellas cosas que debemos cambiar y mejorar,El lo hará posible. Como dice Juan, dejemos que El crezca y mengüemos nosotras.
3-Repartamos nuestra nueva fragancia. Dejemos que los demás conozcan lo que Cristo ha hecho en nosotras,y ese grato olor sea para el conocimiento del amor de Dios a aquellos que aun no le conocen.
Hasta la próxima y no olvides:
VIVE COMO UNA HIJA DEL REY
#Sandra López
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2 comentarios
Hermosa reflexión! Gracias a Dios por usarte para darme esta enseñanza... te bendigo más!
ResponderBorrarHola Yasmin... esta reflexión es de mi hermana Sandra López... ella ha sido de mucha bendición para nuestras vidas.
BorrarNo te vayas sin dejarme tus comentarios. Quiero saber más de ti.