Tercer Derramamiento: La Conquista

noviembre 23, 2016

Tercer Derramamiento: La Conquista

A causa del pecado de Adán la tierra fue maldecida:

“Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.  Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 3:17-19).

La pobreza, la escasez, en cualquiera de sus dimensiones: espiritual, emocional, física, financiera, es una maldición.

Esta herencia fue derrotada por la sangre que derramó Jesús cuando le colocaron la corona de espinas en su cabeza.

“Pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas.” Mateo 27:29.

1) La corona significa reinado.

El diablo quiso burlarse de Jesús poniendo sobre su cabeza una corona de espinas. Se burló de la soberanía de Jesús. 

Antes lo había tentado para darle el reinado de todas las naciones. Mateo 4:8, 9.

Pero Jesús fue puesto sobre todo por su absoluta obediencia a su Padre. Filipenses 2:9.

El hombre había perdido su “gobierno” sobre la tierra. En Cristo, es recuperado.

2) La corona de espinas trae libertad

Sin darse cuenta, satanás de las espinas que producen una tierra maldecida hizo una corona para Jesús.

Esa sangre que Jesús derramó por la corona, al caer en la tierra, rompen esa maldición. Ahora la tierra puede producir “bendición”.

Esta libertad es para que seas productivo en todas las áreas de tu vida: en tu familia, en tus finanzas, en tus estudios, en tu ministerio. Eres libre para conquistar.

¿Cómo se aplica a mi vida?

  1. No eres esclavo de la tierra por el pecado. Ahora puedes gobernar, puedes señorear. No más esclavo. Eres señor.
  2. No eres más esclavo de tu trabajo. No eres más esclavo del dinero. Desde ahora tienes unción para que la tierra “produzca”. Desde ahora tienes la libertad para hacer negocios.
  3. ¿Cuáles son las áreas de tu vida en las que no pudiste avanzar o conquistar?
  4. Es el momento que te pongas metas de fe y que comiences a conquistarlas.

Es tu turno

  1. - Renuncia a ser esclavo y recibe la dignidad de un hijo de Dios por la sangre derramada por la corona de espinas.
  2. - Revierte las maldiciones en bendiciones.
  3. - Ordena que los “cardos y espinos” que haya en tu vida se transformen en preciosos frutos
  4. - Bendice por la sangre de la corona de Jesús cada área de tu vida: intelectual, ministerial, financiera, familiar, etc.
  5. - Bendice tus sueños y metas que tengas.


MIL BENDICIONES A TODOS,

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2 comentarios

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