Hola, hola a todos mis queridos lectores. El día de hoy les quiero compartir un post escrito por mi buen amigo David Cruz, sé que será de mucha bendición para sus vidas. Recuerda que puedes unirte como escritor invitado, ponte en contacto conmigo al correo edificandot@gmail.com.
Sin más preámbulo, comenzamos con el post.
---------

“Y dije: No me acordaré más de Él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.” — Jeremías 20:9
Estamos entrando en una nueva temporada espiritual. Y con cada nueva temporada, el Espíritu Santo desata un bautismo de fuego fresco sobre la iglesia de Jesucristo. Este fuego no solo purifica, sino que enciende nuevamente la pasión que alguna vez ardió en nuestros corazones. Es un llamado urgente a volver al primer amor.
¿Has perdido el fuego?
Muchos creyentes se han estancado. La crisis reveló su verdadera condición espiritual: algunos tiraron la toalla, otros se enfriaron. Sin embargo, perder el fuego —el primer amor por Jesús— no es simplemente un descuido, es pecado. Apocalipsis 2:4-5 lo deja claro: “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor... arrepiéntete”.
Estar tibio es una señal de desconexión del fuego de Dios.
Jesús no está buscando cristianos casuales, está levantando creyentes encendidos, apasionados, comprometidos. ¡El tiempo de la pasividad se acabó!
¿Qué es el bautismo de fuego?
El bautismo de fuego tiene dos propósitos principales:
1. Santificación
El fuego de Dios limpia, purifica, aparta. Nos prepara como una iglesia santa, sin mancha, lista para la venida del Señor.
2. Pasión
Este fuego despierta una pasión sobrenatural en nosotros. Nos impulsa a vivir para Jesús con intensidad, a predicar, a adorar, a servir, ¡a movernos!
Tres razones por las que el fuego de Dios cae:
-
🔥 Juicio – Como en Sodoma y Gomorra.
-
🔥 Santificación – Para limpiarnos y transformarnos.
-
🔥 Pasión – Para impulsarnos hacia nuestro propósito eterno.
Donde no está el fuego de Dios, entra el fuego extraño: carnalidad, religiosidad, conformismo. El “espíritu de esta edad” produce creyentes tibios, cómodos, “soft”, que ya no oran, ya no asisten con fidelidad, ya no sienten hambre de Dios.
La pasión es evidencia de vida espiritual
Cuando estás apasionado por Jesús, te mueves, sirves, das, oras, predicas. No puedes quedarte quieto.
"El fuego de Dios no solo calienta, te impulsa."
Jesús dijo: “Mi comida es hacer la voluntad del que me envió” (Juan 4:34). Esa comida era pasión pura.
La pasión...
-
Te mantiene de pie en medio del sufrimiento.
-
Te empuja a avanzar cuando otros se rinden.
-
Te levanta incluso desde el hospital.
-
Te motiva a hacer, no solo a hablar.
-
Te hace contagioso — otros querrán lo que tú tienes.
¿Cuál es tu pasión?
David danzaba sin vergüenza por la presencia de Dios. Moisés clamaba por Su gloria. Jesús soportó la cruz por amor al Padre… ¿y tú?
Si no estás ardiendo por Dios, ¿por qué estás viviendo?
Cómo recuperar tu pasión espiritual
-
Vuelve al altar: la presencia de Dios es la fuente del fuego.
-
Arrepiéntete del letargo espiritual (Apocalipsis 2:4-5).
-
Pide el bautismo de fuego: “Jesús, bautízame con tu fuego otra vez.”
-
Sirve con todo tu corazón: da tu mejor alabanza, tu mejor danza, tu mejor esfuerzo.
-
Rodéate de gente encendida: la pasión se contagia.
¡Despierta, Iglesia!
Declara conmigo:
“Señor, perdóname por perder el primer amor.Bautízame con tu fuego.Enciende mi pasión.Quiero vivir para Ti.¡Una cosa deseo: tu presencia!”
Escrito por: David Cruz
Edición: Juan M. Ramos
0 comentarios
No te vayas sin dejarme tus comentarios. Quiero saber más de ti.