Retén el consejo, no lo dejes; guárdalo, porque eso es tu vida. (Proverbios 4:13)

La consejería es un factor importante en la consolidación, ya que las personas nuevas requieren de buenos consejos para tomar las mejores decisiones en sus vidas.

El consolidador debe aprender a ser un buen consejero, guiado por el Espíritu Santo para que la personas haga lo correcto. El propósito de la consejería es lograr un cambio de conducta, emociones y carácter por medio de cambio de valores y actitudes con fundamento bíblico.

La consejería es básica para el seguimiento y cuidado de la persona. Por medio de ella, el consolidador conocerá a fondo a la persona y podrá brindarle ayuda y ministración en las diferentes áreas de su vida.

En el contexto bíblico del aconsejar siempre implica mínimo a tres personas: el consejero (consolidador), el aconsejado y el Espíritu Santo.

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15).

El trabajo de la consolidación debe hacerse con mucha diligencia como dice Proverbios 27:23. El apóstol Pablo le dijo a su discípulo Timoteo que como consolidador también debería ser cuidadoso en presentarse delante de Dios.

Dios busco obreros que no tienen de qué avergonzarse. Que estén apartados para el servicio de Dios. Como lo vimos en el capítulo anterior, el proceso de la consolidación requiere de mucho cuidado, de diligencia, es por eso que, Dios necesita obreros diligentes que sepan cuidar de su rebaño.

En el post anterior vimos los primeros pasos que hay que hacer al consolidar, en este post veremos la preparación que se le debe dar a la persona para que no se aparte del camino de Dios.

Estos pasos nos ayudarán a fortalecer la relación de la persona nueva con Dios. Ninguno de estos pasos se puede omitir, ya que es un seguimiento.

Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas; y mira con cuidado por tus rebaños. (Proverbios 27:23).

Ya conocemos lo que es la escalera del éxito, y sabemos que el segundo escalón es el de la consolidación. Este paso es muy importante en el proceso, ya que una buena consolidación es sinónimo de un buen futuro discípulo y líder.

Dios nos pide que seamos diligentes, que seamos cuidadosos, para saber consolidar a las personas que pone en nuestras manos.

Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas (Ezequiel 47:3a).

La escalera del éxito es una herramienta muy útil que Dios le ha dado a la Iglesia para extender el reino de los cielos. El profeta Ezequiel escribió que un ángel lo hizo pasar por un río, ese río representa la escalera del éxito o el río de Dios.

Para entender la escalera del éxito, debemos dejar que Dios nos sumerja en el proceso, para poder ponerla por obra en otros.