Retén el consejo, no lo dejes; guárdalo, porque eso es tu vida. (Proverbios 4:13)
La consejería es un factor importante en la consolidación, ya que las personas nuevas requieren de buenos consejos para tomar las mejores decisiones en sus vidas.
El consolidador debe aprender a ser un buen consejero, guiado por el Espíritu Santo para que la personas haga lo correcto. El propósito de la consejería es lograr un cambio de conducta, emociones y carácter por medio de cambio de valores y actitudes con fundamento bíblico.
La consejería es básica para el seguimiento y cuidado de la persona. Por medio de ella, el consolidador conocerá a fondo a la persona y podrá brindarle ayuda y ministración en las diferentes áreas de su vida.
En el contexto bíblico del aconsejar siempre implica mínimo a tres personas: el consejero (consolidador), el aconsejado y el Espíritu Santo.