¿Desamparó Dios a Jesús en la cruz?

agosto 21, 2021

Jesús fue desamparado?

La Biblia nos dice que Jesús desde la cruz declaró: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Pero ¿es posible que Dios desamparara a Su hijo amado en la cruz? ¿Perdió la fe Jesús? ¿Por qué dijo estas palabras?

Mateo 27:45-46 (RVA)

|45| Desde la sexta hora descendió oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena.

|46| Como a la hora novena Jesús exclamó a gran voz diciendo: —¡Elí, Elí! ¿Lama sabactani? —que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?—

Marcos 15:33-34 (RVA)

|33| Cuando llegó la hora sexta, descendió oscuridad sobre toda la tierra, hasta la hora novena.

|34| Y en la hora novena Jesús exclamó a gran voz, diciendo: —¡Eloi, Eloi! ¿Lama sabactani? —que traducido quiere decir: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?—.

En una lectura directa, estos versículos parecen indicar que Jesús sintió que Dios lo abandonó en su momento de su agonía. Sin embargo, esto no concuerda con la naturaleza misma de Dios. Dios es un Dios de amor, sin duda le dolió mucho tener que entregar a Su hijo en la cruz, pero era la única forma de salvar a la humanidad. No obstante, seguramente el momento de la agonía de Su hijo amado es el momento en que más cerca de él debe haber estado. 

Entonces ¿pudo haber perdido la fe Jesús? Antes de ser arrestado él dijo:

Juan 16:32 (RVA) 

He aquí la hora viene, y ha llegado ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

¡Dios estaba con Cristo! Todos iban a ser esparcidos por el miedo, pero Dios seguía allí con Jesús y Jesús lo sabía. Recuerden que al ser arrestado Jesús dijo que si quería podía recibir 12 legiones de ángeles de Su Padre. Es evidente que Dios estuvo con Jesús todo el tiempo, fortaleciéndole ¿por qué habría de dejarlo en ese momento? 

Muchas explicaciones han surgido para tratar de explicar este pasaje, algunas como que Dios debía abandonar a Jesús como un pecador para que así Jesús sufriera el castigo verdadero de un pecador. Pero Jesús no fue un pecador, él fue el sacrificio por nuestro pecado, pero Dios no lo abandonaría por eso, todo lo contrario, estaría cercano a él hasta el último momento.

Otros han propuesto que “lama sabactani” no fueron las palabras originales, sino que las palabras eran en arameo “lmn shbk”, que significan “para esto fui separado” o “con este propósito fui elegido”, y que en realidad esto era un grito de victoria de parte de Jesús. Sin embargo, hay serios problemas con esta explicación. 

En primer lugar, tanto Mateo como Marcos explican en griego cuál es el significado de las palabras dichas por Jesús, el argumento de que esas palabras significan otra cosa implicaría que todo el texto griego de estos versículos está mal, alguien tendría que haber alterado el texto griego de Mateo y de Marcos, algo de lo cual hay cero evidencias en los manuscritos antiguos. No hay nada en los manuscritos antiguos que haga sospechar que las palabras “que traducido quiere decir: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” no estaban en el texto griego. 

Mateo cita las palabras de Jesús como “Elí Elí…”, Marcos dice “Eloi, Eloi…” Las primeras son la forma hebrea y las segundas son la forma aramea. El texto nos dice que los presentes creyeron que Jesús llamaba a Elí, en el hebreo la palabra “Eli” significa “Mi Dios”, pero también podía ser la abreviatura de “Eliyahu”, el nombre hebreo de Elías, en el arameo la palabra “Eloi” sólo puede referir a Dios, por lo tanto, la expresión original debe haber estado en hebreo y posiblemente luego Marcos la menciona desde el arameo, quizá por el público al que quiere dirigirse. Existe la posibilidad de que Jesús haya dicho la frase tanto en hebreo como en arameo, aunque no es lo más probable. Entonces, si la frase dicha por Jesús fue en hebreo y no en arameo, entonces el argumento de que Jesús habló palabras arameas que significan “para esto fui separado” queda sin sustento.

La explicación más coherente que he visto de este pasaje es que Jesús estaba citando el Salmo 22. Escuché esta explicación por primera vez de John Schoenheit, pero también hay otros teólogos y comentaristas que suscriben a ésta misma:

Al leer las palabras de Jesús “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” nos damos cuenta que son las mismas palabras que comienzan con el Salmo 22:

Salmos 22:1 (RVA) 

¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?

Si prestamos atención a los detalles dados en el Salmo 22, podemos darnos cuenta de que Jesús en realidad lo que estaba haciendo era citar ese salmo. 

Jesús no estaba expresando un sentimiento de abandono, sino que estaba citando las primeras palabras del salmo 22 para que los israelitas presentes (o quizá los que leyeran después el relato) lo recuerden y reconozcan que ese salmo estaba proféticamente hablando de Jesús.

Salmos 22:1-5 (RVA)

|1| (Al músico principal. Sobre Ayélet ha-sájar. Salmo de David) ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?

|2| Dios mío, clamo de día, y no respondes; clamo de noche, y no hay sosiego para mí.

|3| Pero tú eres santo. ¡Tú, que habitas entre las alabanzas de Israel!

|4| Nuestros padres esperaron en ti: Esperaron, y tú los libraste.

|5| Clamaron a ti y fueron librados; confiaron en ti y no fueron defraudados.

Notemos que David comienza con lo que parece un sentimiento de abandono, pero en el versículo 3 él comienza con un “pero”. El “pero” nos indica que hay un contraste entre lo antedicho y lo que sigue. David reconoce que, aunque se siente abandonado, en realidad Dios jamás defraudó a los que clamaron a Él. Hasta aquí parece que David está hablando simplemente de algo que le sucede a él, pero luego vemos algunos detalles:

Salmos 22:6-8 (RVA)

|6| Pero yo soy un gusano y no un hombre, objeto de la afrenta de los hombres y despreciado del pueblo.

|7| Todos los que me ven se burlan de mí. Estiran los labios y mueven la cabeza diciendo:

|8| “En Jehovah confió; que él lo rescate. Que lo libre, ya que de él se agradó.”

Veamos ahora el relato de Mateo sobre la crucifixión de Jesús:

Mateo 27:39-44 (RVA)

|39| Los que pasaban le insultaban, meneando sus cabezas

|40| y diciendo: —Tú que derribas el templo y en tres días lo edificas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y desciende de la cruz!

|41| De igual manera, aun los principales sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él, y decían:

|42| —A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar. ¿Es rey de Israel? ¡Que descienda ahora de la cruz, y creeremos en él!

|43| Ha confiado en Dios. Que lo libre ahora si le quiere, porque dijo: “Soy Hijo de Dios.”

|44| También los ladrones que estaban crucificados con él le injuriaban de la misma manera.

¿No ven alguna similitud? En el Salmo 22 David dice: “Estiran los labios y mueven la cabeza diciendo: ‘En Jehovah confió; que él lo rescate…” ¡Eso es, precisamente, lo que le estaba sucediendo a Jesús en el momento de su crucifixión! ¿Será coincidencia o cumplimiento profético?

Aquí también hay un detalle que se escapa en nuestras traducciones, en Salmos 22:6, la palabra “gusano” es en hebreo tola, que se refiere primariamente a un gorgojo de color rojo y por esta causa se usaba esta palabra para referirse al color rojo, carmesí. ¿Y cómo creen que estaba Jesús luego de haber sido torturado y golpeado por tanto tiempo? ¿No creen que estaría completamente rojo por la sangre? Ya no se veía a un hombre allí en la cruz, sino a una masa roja “soy rojo y no hombre” dijo David y así estaba Jesús en ese momento en la cruz. 

Salmos 22:9-14 (RVA)

|9| Pero tú eres el que me sacó del vientre; me has hecho estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.

|10| Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

|11| No te alejes de mí, porque la angustia está cerca, y no hay quien ayude.

|12| Muchos toros me han rodeado; fuertes toros de Basán me han cercado.

|13| Contra mí abrieron sus bocas, como león voraz y rugiente.

|14| Soy derramado como el agua; todos mis huesos se han desarticulado. Mi corazón está como cera y se ha derretido en medio de mis entrañas.

Vean el versículo 10 “desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios”, nada hay más cierto que esto en Jesús, que fue concebido por obra de Dios en el vientre de María. 

Miren el 12, el toro siempre representa la fuerza, en el caso de Jesús, sabemos que los soldados le rodearon y le golpearon. Además, aquí David dice “todos mis huesos se han desarticulado”. Sabemos que ningún hueso de Jesús fue quebrado, pero una cosa es quebrar un hueso y otra es desarticularlo, sacarlo fuera de lugar, los golpes dados a Jesús no llegaron a quebrarle ningún hueso, pero sin duda muchos de ellos habrán quedado desarticulados, tal como David lo profetiza aquí. 

Salmos 22:15-18 (RVA)

|15| Mi vigor se ha secado como un tiesto, y mi lengua se ha pegado a mi paladar. Me has puesto en el polvo de la muerte.

|16| Los perros me han rodeado; me ha cercado una pandilla de malhechores, y horadaron mis manos y mis pies.

|17| Puedo contar todos mis huesos; ellos me miran y me observan.

|18| Reparten entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echan suertes.

En aquel tiempo llamaban figurativamente “perros” a gente despreciable. Esta gente perforó las manos y pies de Jesús. Luego vean el 18. ¿Recuerdan lo que relata Mt. 27:35; Mr. 15:24; Lc. 23:34 y Jn. 19:24? Nos dicen que los soldados echaron suertes sobre la ropa de Jesús y la repartieron entre ellos. ¿Puede ser más exacta la profecía? ¡Veremos que sí!

Salmos 22:19-22 (RVA)

|19| Pero tú, oh Jehovah, no te alejes. Fortaleza mía, apresúrate para ayudarme.

|20| Libra mi alma de la espada; libra mi única vida de las garras de los perros.

|21| Sálvame de la boca del león y de los cuernos de los toros salvajes. ¡Me has respondido!

|22| Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.

Aquí vemos qué es lo que sucede luego de que Dios libra al salmista: “anunciaré tu nombre a mis hermanos”. ¿Fue librado Jesús de la muerte? ¡Por supuesto! ¿Y qué hizo luego? Anunció sobre la grandeza de Dios, proclamó el evangelio del reino de Dios, y lo sigue haciendo hasta el día de hoy a través de su Iglesia, el Cuerpo de Cristo. 

El salmo sigue así:

Salmos 22:23-31 (RVA)

|23| Los que teméis a Jehovah, alabadle; glorificadle, todos los descendientes de Jacob. Temedle vosotros, todos los descendientes de Israel.

|24| Porque no despreció ni desdeñó la aflicción del afligido, ni de él escondió el rostro. Más bien, le oyó cuando clamó a él.

|25| Tuya es mi alabanza en la gran congregación. Mis votos pagaré delante de los que le temen.

|26| Los pobres comerán y serán saciados. Alabarán a Jehovah los que le buscan. ¡Que viva vuestro corazón para siempre!

|27| Ellos se acordarán y volverán a Jehovah de todos los confines de la tierra. Delante de ti se postrarán todas las familias de las naciones.

|28| Porque de Jehovah es el reino, y él se enseñoreará de las naciones.

|29| Ciertamente ante él se postrarán todos los ricos de la tierra. Se doblegarán ante él todos los que descienden al polvo, los que no pueden conservar la vida a su propia alma.

|30| La posteridad le servirá; esto le será referido al Señor por generaciones.

|31| Vendrán y anunciarán su justicia a un pueblo que ha de nacer: “¡El hizo esto!”

Parte de esta profecía es aún futura, cuando Jesús reine sobre la Tierra, pero si lo anterior se cumplió con tal precisión, ¡podemos descansar seguros de que la otra parte también se cumplirá!

Entonces, podemos ver que es perfectamente lógico pensar que Jesús no estaba expresando un sentimiento de abandono en la cruz, sino refiriendo este salmo de David para que las personas (las allí presentes y también los que ahora leemos el relato) sepan que eso que le estaba sucediendo había sido profetizado por David muchísimo tiempo antes de que sucediera. 

En realidad, parece evidente que estas palabras fueron más bien dichas para los que vinieron después que para los presentes, porque quizá Jesús no podía hacerse escuchar adecuadamente en las condiciones que estaba, muchos pensaban que llamaba a Elías. Así que es posible que estas palabras hayan sido dichas por Jesús para que los que leían esto luego de su resurrección sepan que él se acordó de este salmo, mantuvo la fe hasta el final y se acordó de esta profecía sobre él en ese mismo momento. De hecho, es posible que Dios mismo le hiciera recordar esta profecía, para darle ánimo en el momento decisivo, ya que él debía soportar este último tramo de dolor para salvar a la humanidad. 

Así que, lejos de insinuar que Dios abandonó a Jesús en la cruz, estos versículos nos sugieren que Dios estaba allí con Jesús y Jesús tuvo la fuerza, la fe y la integridad suficiente para recordar este salmo y recitar sus primeras palabra aún en medio de tal agonía.

Pero las palabras “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” No son las únicas que Jesús refirió en la cruz en alusión a este Salmo. ¡Hay más!

Juan 19:28-29 (RVA)

|28| Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: —Tengo sed.

|29| Había allí una vasija llena de vinagre. Entonces pusieron en un hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca.

Estas palabras cumplen con lo dicho en Salmos 69:21 y 22:

Salmos 69:20-21 (RVA)

|20| La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé que alguien se compadeciera de mí, y no hubo quién. Busqué consoladores y no hallé ninguno.

|21| Además, me dieron hiel en lugar de alimento, y para mi sed me dieron de beber vinagre.

Pero también nos refieren a la parte central de Salmos 22:

Salmos 22:15 (RVA) 

Mi vigor se ha secado como un tiesto, y mi lengua se ha pegado a mi paladar…

Jesús estaba mostrando que de él hablaban las profecías, ¡aún en sus últimos minutos de vida!

Pero ¡eso no es todo! En el versículo 31 de Salmos 22, al final, se dice que a un pueblo que ha de nacer se le anunciará: “¡El hizo esto!”. La palabra “hizo” es en hebreo ‘asah, que puede traducirse como “hacer, completar, finalizar”. La frase podría traducirse como “Vendrán y anunciarán Su justicia; A un pueblo por nacer, anunciarán que él lo ha finalizado”. Esto podemos compararlo con las últimas palabras de Jesús en la cruz:

Juan 19:30 (RVA) 

Cuando Jesús recibió el vinagre, dijo: —¡Consumado es! Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Justo antes de morir Jesús dijo “Consumado es”. En el griego estas palabras son la palabra teleö, que significa “completar una actividad, finalizar, cerrar, cumplir, consumar, terminar, pagar por completo”. 

En el comentario de la Revised English Version, John Schoenheit señala que esta palabra ha sido hallada en papiros que refieren a pagos de impuestos, en donde se indicaba que el impuesto estaba pagado por completo. En este caso teleö está en forma pasiva, y se traduciría como “ha sido finalizado”; “ha sido completado” o “ha sido pagado por completo”. 

Lo que Jesús exclamó es que había sido completado su trabajo, fue finalizada la obra de redención de Dios, nuestra redención fue completamente pagada (1 Co. 6:20).

Luego de la resurrección de Jesús, la salvación que había sido prometida al pueblo de Israel comenzó a ser ofrecida a todas las naciones y nació un el Cuerpo de Cristo, formado por israelitas y no-israelitas que creen en Jesús como Señor (Ef. 2:13-17). En verdad, cuando los discípulos comenzaron a predicar los logros de Jesús en la cruz, ellos estaban cumpliendo con lo profetizado en Salmos 22:31:

Salmos 22:31

Vendrán y anunciarán su justicia a un pueblo que ha de nacer: “¡El hizo esto!”

¡¿Qué mayor precisión profética podemos pretender?! ¡La Palabra de Dios es precisa, perfecta, poderosa y maravillosa!

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