No es nada raro ver como el mundo se está cayendo a pedazos ya sea por la violencia que vemos cada día o por desastres naturales.

En unas cuantas horas, Francia ha vivido una experiencia que ninguna otra nación quisiera vivir. Lamentablemente los cristianos de la actualidad, en lugar de ponerse en la brecha por el mundo nos la pasamos preocupados por "pequeñeces".

Este es el tiempo en el que debemos levantarnos para marcar la diferencia, dejar a un lado nuestros propios deseos y ver qué podemos hacer para ayudar a otros.

Imagina a Jonás. Dios le envió a predicar a Nínive, pero éste no quería porque en su corazón estaban sus propios deseos y no lo que Dios quería. Fue hasta que tuvo que vivir una tragedia personal para darse cuenta que necesitaba un milagro de parte de Dios para poder salir de todo eso.

No esperemos que Dios nos haga pasar por pruebas para poder ponernos en el lugar de los demás y así tener la inspiración para orar e interceder a favor de ellos.

Dios nos está llamando a interceder por los demás. En otro post, escribí que un líder es aquel que ve la necesidad de los demás y hace algo para suplirla. Un verdadero líder no se queda con los brazos cruzados esperando que otros hagan algo al respecto.

Sé un líder, levántate y ora por las naciones. OREMOS POR PARÍS. Ahora más que nunca el mundo necesita líderes que amen a Dios y busquen cumplir con cada uno de los deseos del corazón de Dios.

Harás algo al respecto... Dios te está llamando.

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