“Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20).
Un Dios sobreabundante
A Dios le gusta siempre ir más allá de lo normal, más allá de lo ordinario. La Biblia nos enseña que Dios es un Dios de lo “sobre”, le gusta bendecirnos hasta que “sobre”, hasta que “sobreabunde” como dice Malaquías 3:10. El derrama de su gracia sobre nosotros hasta “sobreabundar” (Romanos 5:20).
La palabra “sobre” quiere decir más allá, más de lo que es, algo por encima de, más de la capacidad. Cuando leemos en el Salmo 23, mi copa esta rebosando, quiere decir que se lleno toda la capacidad de la copa, pero se sigue sirviendo hasta desbordarse.
Así es Dios, Él no quiere llenar de su presencia hasta que se desborde en nosotros y tengamos que compartir con otros lo que estamos recibiendo, dar de gracia lo que de gracia hemos recibido.
Sobreabundancia de aceite
En 2 Reyes 4:1-6 Leemos la historia de una viuda que no tenia nada, su marido había muerto y le querían quitar a sus dos hijos y hacerlos esclavos. Fue a clamarle al profeta Eliseo por su ayuda, este le pregunto: ¿Qué tienes en tu casa? Solamente una vasija de aceite respondió la viuda.
Aquí viene lo poderoso. Eliseo le dijo a la viuda que pidiera vasijas, muchas vasijas a sus vecinos, vasijas vacías, y que se encerrará en su cuarto con sus hijos y empezara a vaciar de su aceite en las vasijas vacías y cuando se llenaran ponerlas a parte.
Cuando un profeta da una orden hay que obedecerle y no cuestionarle. La mujer inmediatamente obedeció y encerrada con sus hijos comenzó a llenar las vasijas, ahí fue donde Dios comenzó el milagro de la sobreabundancia. Las vasijas se llenaban, y el aceite se multiplicaba, se llenaba un recipiente y comenzaba a vaciar en otros hasta que todas las vasijas habían sido llenas en totalidad.
¿Cómo fue posible que el aceite se multiplicara? Solo puedo decir que el Dios Sobrenatural al que hemos creído, el Dios todopoderoso al que nada es imposible, hizo este milagro.
Obras Sobrenaturales
Dios es un Dios sobrenatural, no solo le gusta bendecirnos sobreabundantemente, sino también le gusta obrar de manera sobrenatural. El ministerio de Jesús se caracterizó por sus muchas señales y maravillas que hacia. Jesús a donde iba mostraba el poder sobrenatural del Padre, daba vista a los ciegos, levantaba a los inválidos, hacia que los sordos escucharan, echaba fuera demonios y muchas otras grandes señales.
Jesús vino a revelarnos a un Dios sobrenatural, que actúa por encima de lo ordinario, más allá de nuestra razón. Pero, dejo algo bien en claro en Marcos 16:17-18: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”
No podemos hacer a un lado lo que la Palabra nos enseña, hemos entendido que la Palabra de DIOS es verdad y todo lo que en ella esta escrito es por inspiración divina y para nuestros tiempos. Con esa misma fe, creemos que en estos tiempos Dios levantara una nueva generación, una Iglesia que verá el poder sobrenatural de DIOS obrando de una manera poderosa.
Moisés y la zarza
Moisés tuvo que experimentar un encuentro sobrenatural con Dios. Dios se manifestó a Moisés a través de una zarza que ardía pero que no se consumía. Eso era algo fuera de lo normal. Era un encuentro con el fuego de Dios.
Moisés se acercó y Dios le dijo: “No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es” (Éxodo 3:5). Y ahí empezó a revelarse a su vida y darle el propósito por el cuál lo había llamado a ese encuentro sobrenatural.
Después de ese momento, Moisés comenzó a ver a Dios haciendo grandes cosas a través de su vida. La vara haciendo serpiente, las plagas que vinieron sobre Egipto, el mar abierto, el maná del cielo, agua de una roca, una columna de fuego en la noche y una nube en el día, las codornices, etc, etc, etc…
No podremos ver lo sobrenatural de Dios si no tenemos un encuentro que con él que impacte nuestras vidas y provoqué ese deseo de ir más allá de lo que nuestra mente puede imaginar. La Biblia nos dice que hay cosas que nadie ha visto, y que nadie ha escuchado; mucho menos que alguien haya imaginado, pues todo eso Dios lo ha preparado para los que le aman y le buscan con pasión.
Alcanza la promesa
Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. (Hechos 2:17-18)
Si tú crees lo que la Palabra de Dios dice, no cuestiones más, que la razón y la lógica no te roben todo lo poderoso que Dios quiere hacer en ti y a través de ti. Si tú igual que yo hemos creído en un Dios todopoderoso, en un Dios que bendice en sobreabundancia, en un Dios sobrenatural, te desafío a que después de leer este tema vayas al lugar secreto, enciérrate como lo hizo la viuda, y comienza a clamar a Dios por su poder sobre ti. Y el aceite que simboliza la presencia del Espíritu Santo comenzará a fluir en tu vida.
Yo sé que en el nombre de Jesús, Dios se revelará a ti como tu padre, como tu creador, como tu proveedor y como el Dios sobrenatural que quiere usarte para su gloria y honra. Alcanza esa promesa que el Señor te ha dado, metete a lo profundo de DIOS sumérgete en su presencia.
Tus ojos espirituales se abrirán para ver la gloria de Dios, tus oídos espirituales se abrirán para escuchar la voz de Dios. Estoy convencido que tu entendimiento se abrirá para comprender las Escrituras y si te has sentido oprimido, atado o atemorizado te declaro libre en el nombre de Jesús de Nazaret.
Créele a Dios, créele a su Palabra y busca con todo tu ser al único Dios verdadero. Comienza a caminar en lo sobrenatural.