
Hola, hola queridos lectores...
Hoy quiero compartir con ustedes algo que ha estado resonando en mi corazón. A lo largo de la Biblia, Dios nos compara con árboles, pero no cualquier árbol, sino árboles grandes, frondosos y llenos de fruto. ¿Te has preguntado qué significa esto para tu vida? Te invito a leer hasta el final y descubrirlo conmigo.
La palabra de Dios nos dice en Salmos 1:1-3: "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará."
También en Jeremías 17:7-8 encontramos: "Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto."
Estos pasajes nos muestran tres "no" y tres "sí" que debemos seguir para convertirnos en árboles firmes y frondosos en la presencia de Dios.
Los tres "no"
No seguir los consejos malos Es muy importante que tú y yo como hijos de Dios seamos sabios al momento de recibir consejo. No debemos dejarnos llevar por lo que dicen las demás personas sin antes consultar la voluntad de Dios. Es fácil encontrar a alguien dispuesto a dar consejos, pero ¿son realmente los consejos que edifican nuestra vida? Antes de aceptar un consejo, debemos preguntarnos:
¿Este consejo está alineado con la palabra de Dios?
¿Me acerca a Su propósito?
¿Proviene de alguien que busca a Dios?
Nuestra primera fuente de consejo debe ser Dios, Su palabra y Su voz. ¡No sigamos consejos que nos aparten de Su voluntad!
No andar en el camino de pecadores No significa que no podamos relacionarnos con quienes no conocen a Dios, pero sí implica que no debemos vivir como ellos viven. El pecado es sutil y engañoso. Si no tenemos cuidado, podemos empezar a tomar decisiones basadas en lo que hace el mundo y no en lo que Dios nos pide.
Es importante aprender a discernir el camino correcto, el que Dios tiene preparado para nosotros. La Biblia nos dice que el camino de los pecadores lleva a la muerte espiritual. ¿Por qué tomar una ruta que nos aleja del propósito de Dios?
No sentarnos en la silla de escarnecedores Aquí la palabra nos da una advertencia poderosa: no tomemos el lugar de los burladores. Ser escarnecedor no solo significa burlarse de otros, sino también menospreciar lo que Dios hace en nuestras vidas y en la vida de los demás.
Cuando nos sentamos en la silla de escarnecedores, nos volvemos insensibles a la voz de Dios. Empezamos a justificar el pecado, a burlarnos de la fe, a restarle importancia a lo que Dios nos pide. ¡No tomemos ese camino! Seamos personas que edifican y alientan, no personas que derriban y menosprecian.
Los tres "sí"
Deleitarnos en la palabra de Dios Leer la Biblia no debe ser solo un hábito, sino una experiencia que transforma. Cuando nos deleitamos en la palabra de Dios, algo cambia en nuestro interior. No es solo leer por leer, sino buscar el mensaje que Dios tiene para nosotros cada día.
Cuando hacemos esto, empezamos a ver cómo Dios nos habla, nos guía y nos fortalece. Su palabra es viva, nos da dirección, nos renueva y nos transforma.
Meditar en la palabra de día y de noche La meditación en la palabra va más allá de leerla. Es reflexionar en ella, buscar cómo aplicarla en nuestra vida, dejar que resuene en nuestro corazón.
Dios nos da una clave fundamental en Josué 1:8: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien."
Meditar en la palabra nos ayuda a prosperar en todo lo que hagamos. Nos da sabiduría, nos fortalece en los tiempos difíciles, nos recuerda las promesas de Dios cuando el enemigo intenta desanimarnos.
No es suficiente leer la Biblia de vez en cuando. Debemos vivir en ella, respirarla, encontrar en ella nuestra fuerza cada día.
Hacer de Dios nuestra confianza No solo se trata de confiar en Dios, sino de hacer que Él sea nuestra confianza. A veces decimos que confiamos en Dios, pero seguimos preocupándonos, seguimos dudando, seguimos buscando respuestas en otros lugares.
Cuando realmente hacemos de Dios nuestra confianza, aprendemos a depender completamente de Él. Podemos decir con certeza: "Yo sé que Dios tiene el control de mi vida, pase lo que pase."
Y cuando confiamos en Él, cuando hacemos Su voluntad, cuando seguimos estos tres "no" y tres "sí", entonces comenzamos a experimentar los beneficios de ser como árboles plantados junto a corrientes de agua.
Los beneficios de ser árboles plantados
Echar raíces firmes – Tendremos bases sólidas en la fe, arraigados en la verdad de Dios.
Acceder a las corrientes de agua – La presencia de Dios fluirá en nuestro interior, como ríos de agua viva.
Permanecer verdes y fuertes – No nos marchitaremos espiritualmente, incluso en tiempos difíciles.
Dar fruto – No solo en tiempos buenos, sino también en tiempos de sequía. Nuestra vida reflejará el amor y la bendición de Dios para otros.
Prosperar en todo – Como dice Salmos 1:3, todo lo que hagamos prosperará cuando seguimos estos principios.
Dios nos llama a ser árboles firmes, frondosos, llenos de vida y bendición, que den sombra y fruto a los demás.
---
Si este mensaje ha sido de bendición para ti, compártelo con tus amigos y contactos. Síguenos en nuestras redes sociales para más contenido que edifica vidas. No olvides dejar tus comentarios sobre qué te pareció y cuéntame lo que Dios está hablando a tu vida.
¡Mil bendiciones para todos!
0 comentarios
No te vayas sin dejarme tus comentarios. Quiero saber más de ti.