"Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación" (Isaías 26:20).
Platicando con algunos amigos, una de ellas me aconsejo escribir sobre dos temas que son vitales para los hijos de Dios. El día de hoy quiero hablarles sobre uno de esos temas: LA ORACIÓN.
¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
Es el medio que Dios nos dio para poder comunicarnos con él. Así como Dios nos habla a través de Su Palabra, nosotros le hablamos a él a través de la oración.
LA ORACIÓN NO ES COMO LA PINTAN
En muchas ocasiones pensamos que orar es solo repetir las mismas palabras "cristianas" para que Dios nos pueda oir y caemos en la religiosidad de solo decir palabras como: "Señor, si Señor", "Amén, Amén Amén", Oh, Aleluya, Aleluya"... NO DIGO que estas palabras sean malas, NO, al contrario son palabras que debemos pronunciar siempre, pero no repetirlas como disco rayado si queremos hablar con Dios.