“...Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios” (Éxodo 3:18).

Antes de comenzar quiero agradecer a las personas que compartieron conmigo lo que pensaban acerca del desierto, la verdad que me  ayudaron mucho. A  ustedes dedico éste post.

El desierto. Podemos definir, describir y aprender qué es el desierto, pero realmente lo que importa es saber que es lo que representa el desierto para cada uno de nosotros, por eso se me ocurrió buscar la opinión de mis amigos, contactos y público en general de las redes sociales.

¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando escuchas la palabra desierto?

Hice ésta pregunta en las redes sociales, y les comparto lo primero que la gente piensa al escuchar en ésta palabra.

El desierto para la mayoría de las personas representa momentos difíciles donde reina la soledad, la carencia, la muerte, la depresión, la sensación de vacío, etc. Para algunas personas que ya han superado sus desiertos se dan cuenta que sólo fue parte de un proceso de crecimiento y madurez tanto espiritual como personal. Si no fuera por esas pruebas que llegamos a pasar, nunca aprenderiamos grandes lecciones de vida.

Como seres humanos siempre vamos a tratar de evitar el dolor y el sufrimiento para seguir en nuestra zona de confort. Pero la realidad es que nunca vamos a poder evitar el pasar por algunos desiertos en la vida, de hecho te puedo asegurar que necesitamos cruzar por esos desiertos para  llegar a ser quiénes debemos ser.

Cuando el pueblo de Israel era esclavo en Egipto, Dios envió a Moisés para liberarlos pero debían ir al desierto (Éxodo 3:18, 5:3, 7:16, 8:27).

Hay tres principales razones por las cuales tú y yo podemos estar ahora mismo en un desierto:

Cuando Moisés quiso liberar a su gente con sus propias fuerzas, mató a un egipcio. Al ser descubierto huye al desierto para esconderse.

Muchas veces nosotros mismo corremos al desierto para escondernos de los demás y estar solos, reflexionar e iniciar de nuevo, pero corremos el riesgo de perdernos y no encontrar el camino de regreso.

Agar e Ismael, fueron menospreciados y echados de la casa de Abraham, no teniendo a donde ir, anduvieron sin rumbo por el desierto.

Cuántas veces, el rechazo y el menosprecio de las personas nos han orillado a tomar la decisión de escapar al desierto, donde encontramos que solo Uno esta interesado por nosotros.

Antes de comenzar su ministerio, Jesús fue llevado por Dios mismo al desierto.

Habrá ocasiones en las que Dios mismo nos empujará al desierto para que se revele quiénes somos en verdad y así poder ser transformados por Dios.

Como ya dijimos antes, el desierto no solo representa cosas negativas. Dios usa estas experiencias en nuestras vidas para dejarnos una enseñanza inolvidable.

¿Qué beneficios tenemos al pasar por el desierto? (Deuteronomio 8:2-20):

Te puedo resumir en una frase lo que Dios quiere hacer en nosotros al pasarnos por el desierto: Dios formará tu carácter.

¿Estás pasando por un desierto? Tal vez sea difícil ver todo lo bueno que esta por venir, porque nuestros ojos naturales no alcanzan a discernir lo que Dios, en el mundo espiritual está preparando para ti. Pero te aseguro que no estarás ahí para siempre, Dios se acordará de ti como lo hizo con Moisés, con Agar e Ismael y te sacará de tu aflicción.

Pero como hijo de Dios es necesario que pases por éste desierto porque estás siendo preparado para llevar la gloria de Dios a donde quiera que vayas.

Agradece a Dios por el desierto que estás viviendo, porque es señal de que vas a llegar a la tierra prometida.

MIL BENDICIONES