Objetivo:
Confrontar a las personas con la vida que llevan y desafiarlos a tener un genuino encuentro con Jesús.
Fundamento bíblico:
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10).
INTRODUCCIÓN
Todos nosotros, sin excepción, en algún momento tendremos que estar delante de Dios y dar cuenta de nuestros actos, entendiendo que para Dios no hay nada oculto, Él conoce todos los secretos de nuestra vida.
Ejemplo: La película de nuestra vida.
Imagínate por un instante que Dios va a proyectar la película de tu vida en una pantalla gigante. Mostrando en ella todo lo que has pensado, dicho y hecho, sin reserva alguna, aún todo lo que ha transcurrido en lo secreto, ¿Cómo te sentirías?
El libro de Lucas narra el caso de una persona que tuvo un encuentro con Jesús y toda su vida fue transformada. Precisamente eso es lo que le ocurre a cualquier persona que tiene un encuentro verdadero con Él.
“Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:1-10).
DESARROLLO DEL TEMA
Dios no es un Dios de casualidades
“Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad” (Versículo 1).
Dios hace todo con un propósito específico, Él sabía que en Jericó había un hombre que necesitaba un encuentro. De la misma manera, Jesús ha preparado este momento para poder transformar la vida de cada persona. Es importante reconocer nuestra condición, entender que necesitamos un cambio, y no acercarnos a Jesús sólo por curiosidad.
1. ¿CUÁL ES TU CONDICIÓN?
“Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico” (Versículo 2). Zaqueo era jefe de los publicanos, lo que significa que trabajaba para el imperio romano cobrando fuertes impuestos a las personas de su mismo pueblo. Además, ganaba dinero deshonestamente cobrando más de lo necesario. Su condición al conocer a Jesús era de traidor, ladrón y deshonesto.
¿Cuál es la condición actual de tu vida? ¿Cómo tu condición ha afectado a otras personas negativamente (familia, amigos, etc.)?
Muchas veces Dios permite situaciones difíciles en nuestra vida (soledad, depresión, vicio y traición, etc.) para hacernos entender la condición en la que estamos.
2. LA NECESIDAD TE LLEVA A LA ACCIÓN
“...procuraba ver quien era Jesús...” (Versículo 3).
Estar en el Encuentro es un paso mediante el cual cada persona demuestra su anhelo de tener una vida diferente, a través de Jesús. Zaqueo había escuchado mucho sobre Jesús, pero para él los comentarios no eran suficientes, su anhelo era tener una experiencia personal con el Salvador. Para lograrlo tuvo que:
• Superar Impedimentos
“Pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura...” (Versículo 3b). El deseo de Zaqueo de ver a Jesús no era suficiente, para tener una experiencia personal con Él era necesario superar los obstáculos. ¿Qué impedimentos se han presentado para que tú estés en este lugar, o
para que entregues tu vida a Jesús?
A Zaqueo la multitud le impedía ver a Jesús, además era pequeño de estatura y así se veía ante Él; posiblemente sin esperanza, sin oportunidad alguna, indigno por su pasado, pero tuvo que superarlo todo para encontrarse con Jesús.
• Desear verle con todo el corazón
“Y corriendo delante, subió a un árbol sicomoro para verle; porque había de pasar por allí” (Versículo 4). Zaqueo demostró todo el interés que tenía, porque corrió rápidamente e incluso se subió a un árbol para poder ver a Jesús. Él quería vivir su encuentro en ese momento, tal vez era su única oportunidad y no quería desperdiciarla. Un Encuentro es una experiencia personal.
3. JESÚS SABE QUIÉN ERES
“Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa” (Versículo 5).
• Jesús sabía quién era Zaqueo
Jesús llamó a Zaqueo por su nombre, sabía quién era y lo que necesitaba. De la misma manera Jesús sabe quien eres, conoce toda tu historia y hoy te está llamando.
• El deseo era mutuo (...porque hoy es necesario que pose yo en tu casa...)
Jesús también quería estar con Zaqueo, pero no solamente de visita, sino para siempre. Dios no quiere una relación pasajera, sino una que pueda perdurar hasta la eternidad.
4. NUNCA MÁS SERÁS EL MISMO
• Zaqueo tuvo un verdadero cambio
“Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado” (Versículo 8).
Al conocer a Jesús, Zaqueo tuvo un cambio total, entregando todas sus posesiones materiales y desprendiéndose de toda su vida pasada. Es necesario desprendernos de todas aquellas cosas que nos atan al pasado, no podemos permitir que nada nos separe de Dios.
• Pudo experimentar la salvación
“Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Versículo 9).
Experimentar la salvación es un cambio total, es pasar de muerte a vida. Los planes de Dios para tu vida son de salvación, abundancia, restauración familiar, sanidad, prosperidad, protección, libertad, propósito, etc.
CONCLUSIÓN
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Preguntas de Reflexión
• ¿Cuál crees que es la condición de tu vida en este momento, tomando en cuenta todos los aspectos? (familia, salud, finanzas, propósito, emociones, integridad).
• Buena. / Podría estar mejor. / No tan buena. / Mala.
• ¿Por qué?
• ¿Qué es lo que más anhelas que Dios cambie en tu vida?
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